jueves, 12 de julio de 2012

Eloy M. Cebrián y Los fantasmas de Edimburgo


El escritor nos engañaba. Su dedicación a la novela juvenil ocultaba su lado más oscuro. Las evocaciones de una niña en tiempos de la guerra no eran ni de cerca su verdadero afán. Una abundante fuente de obscenidad llenaba su alma minuto a minuto, y cuando se desbordó, escapó de su pluma un grueso volumen lleno de aberraciones: violencia, homofobia, sexo fuerte, políticos corruptos, académicos de opereta.
No, no es ficción. Es Eloy M. Cebrián, el autor de Albacete que viene a añadir más tinta oscura al Sábado Negro. ¿Quién diría que un día iba a sustituir la nobleza de Bucéfalo por un horripilante perro que vomita en un aula? ¿Cómo ha podido su mente inventar un lugar que convierte la mansión de Play Boy en un simple convento? ¿Qué puede tener contra la noble clase política? Que nos lo cuente él, que para eso viene. Y trae bajo el brazo LOS FANTASMAS DE EDIMBURGO,  la obra que definitivamente lo desenmascara. 

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